sábado, 17 de septiembre de 2011

Adios al sol... por unos días.

     Llega el día, ese que cambie... Ese día diferente, el día que esperabas, del que depende tu casi completa felicidad, tu estado anímico por una corta pero intensa prolongación en el tiempo, hasta que encuentres otro motivo de distracción mental del que dependa tu visión del futuro... Llega el día que esperas la buena noticia, llega el momento del día que recibes la noticia... indescriptible la sensación del recibimiento de la noticia que es contrario a buena y que en lugar de ser noticia parece un castigo... imposible de contabilizar las cosas que pasaron por mi cabeza, las ilusiones que se volvieron a empequeñecer, el ultimátum de los sueños que se pierden porque no encuentran su momento para ser soñados, las ganas... que han empezado a buscarse otro sustento para no morir.

    Odio pero sin sentir odio, cuando me dicen eso de que si no ha sido es porque la vida me tiene algo mejor o cualquier otra variante de esta frase tan recurrida por todos en la que me incluyo, lo que no entiendo es que si no me gustan que me la digan a mí cuando algo sale mal, ¿Por que la digo yo, a los demás?

Cosas que no acabo de entender...

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