sábado, 21 de septiembre de 2013

Sábado.

He decidido callar que la voz no es lo más importante, estoy en ese momento en el que estoy en silencio hasta conmigo mismo, hasta mi mente está en calma, que no tengo a nadie que la altere, en ese momento en el que no quiero estar aquí ni allí, no quiero estar en casa rodeado de los míos ni quiero estar solo es más no quiero ni estar conmigo mismo posiblemente por eso este en silencio. No hablo para no molestarme, vivo en autobuses que también son otro tipo de estaciones.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Me ahogo y no es nada nuevo.

En esta realidad embarazada de horror y orgías de dolor, vacía de consciencia en animales que presumen de ser los más racionales, estamos llenos de odio y compasión en desiguales porcentajes, ya nadie te espera, ni te aseguran que te ayudarán en la caída, nos hemos acostumbrado a las diferentes tonalidades de grises que acompañan a estos días de luz, las personas ya son gente, no hay nadie al otro lado, cierran la puerta para que no pases, los escalones ya son escaladas, queda el miedo compartido por esta sociedad, la peste por la falta de fe en todos los sentidos, la humanidad desestructurada, el amor como leyenda, las almas como personajes de libros de metafísica, el luto por alguien que tiene un mal día, somos los gusanos de seda en una caja de zapatos agujereada de algún Dios, juguetes sin suerte.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Otoño, otoño...

     Uno de los últimos libros que leí contaba la historia de un chico triste, que no le encontraba sentido a su vida después del fallecimiento de su novia con la que había discutido antes de que muriese.

     Contaba que puedes peinarte, ponerte tus mejores ropas, tu mejor sonrisa, tus mejores intenciones... Pero el agujero negro de tu alma no puede pasar desapercibido.

     Y ahora yo...