viernes, 29 de noviembre de 2013

Existencia pinchada en un palo

A veces te da por pensar en las cosas que pasaron o que no pasaron. Es necesario hacerlo de vez en cuando, bueno no lo es pero lo haces. Una vez dije que la mejor cama para un mal día es acostarse en los buenos recuerdos que has tenido. Y hoy me ha dado por eso, pero no por acostarme en los buenos recuerdos porque creo que no tengo al menos recientemente y que yo recuerde, este 'último año o año y medio ha sido como un parón en el tiempo, que se ha cortado, parece que no he existido ha sido como un día muy largo, he visto a gente cambiar y evolucionar y yo seguía estancado. Y eso que he buscado pero una salida, creo que he buscado una salida como nunca lo he hecho. 

¿Cómo hacéis para echar de menos cosas que no habéis tenido?

No sé como empezar esta frase, para tirar esta carga en la cabeza y que coarta la parte izquierda de mi cerebro la parte creativa y claro me impide continuar con esta entrada de una forma normal, en la que quiero decir que me ahogo sin agua, que echo de menos las cosas que se quedaron en esa puerta que cerré, a la gente que no conocí y a las cosas que no hice. Ha sido la peor etapa de mi vida, aunque no me gusta utilizar esta frase hace que me sienta ya mayor y aparte cómo vas a decir lo mejor o lo peor de tu vida si aún no ha acabado no sabes si aún te quedan por vivir cosas mejores o peores para poder decir esa frase, yo nunca lo digo. Ha sido la peor hasta ahora y aún así la echo de menos, me había adaptado a esa incomodidad, a esa manera rara y lenta de que pasará el tiempo, a esas sin ganas de cuando me levantaba. Hoy he leído en un libro un estado denominado por la psiquiatría como: 'la ilusión del indulto', que un estado que tienen los presos de que en el último momento serán indultados, como esperanza a cuando ya no queda nada. Y algo de eso me ha pasado en esta etapa quizás, he esperando hasta el último momento de que algo o alguien llegase y cambiará en el último momento todo esto y no por mi propia mano pero nadie ni nada llegó... Y ahora solo queda esto, que no es nada dentro de una cosa que no es nada y todo forma más nada llena de cosas algo así como la bolsa gigante de plástico que guarda otra bolsa grande rota que guarda las demás bolsas de basura pero con mi vida.

No deberíamos de tratarnos tan mal que todos estamos en la misma cárcel...

martes, 26 de noviembre de 2013

Drama de almohada

Y me despierto y no sé si es miércoles con sabor a domingo o domingo mismamente, es una especie de mezcla, como cuando vas a un buffet libre y quieres probarlo todo y empiezas a comer muy poquito pero de todo y al final no saboreas nada porque todo te sabe a plástico con diferentes salsas, bueno era por decir algo... Algo así pero con los días de la semana.

Que oscuro está todo para ser solo las diez de la mañana.

Hay silencio, parece que mi madre se tomó anoche el lorazepam de 5 mg y duerme, no grita, no tengo a nadie que me despierte, ni siquiera perro porque al final acabamos odiandonos ya lo he probado, ni unos pies fríos, ni una alarma olvidada... Ni unas ganas.

Si no me levanto el único que lo echará de menos y lo necesitará será mi estómago y mi vejiga, putas necesidades y puta ley karmica que me hace estar encerrado en esta cárcel de metro setenta y nueve y cincuenta kilos.

Me sobra almohada, ganas de tener ganas, mis sábanas de invierno podrían abrigar a alguien más, existencia desaprovechada en este domingo, domingo de vida... Vida prohibida.