lunes, 30 de mayo de 2011

Mientras leía... Las lágrimas de shiva (me encanta esta página).

    "El sábado desperte muy temprano, pero me quedé en la cama leyendo sin descanso hasta que terminé el libro, y aun entonces permanecí un rato más tumbado, pensando. El guardián entre el centeno me había impresionado como, hasta entonces, pocas lecturas lo habían hecho. Me sentía conmovido, y también un poco más sabio. Había un pasaje, en particular, que sin saber muy bien lo que quería decir, se me antojaba lleno de significados. Antes de levantarme lo releí:

¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo me gustaría ser de verdad si pudiera elegir? Verás. Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecera una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer.

    Resulta un poco raro, ya lo sé, pero exactamente así me sentía yo: como alguien que buscara su sitio en el mundo sin saber muy bien cómo es ese lugar ni dónde se encuentra"

No hay comentarios:

Publicar un comentario