sábado, 14 de septiembre de 2013

Otoño, otoño...

     Uno de los últimos libros que leí contaba la historia de un chico triste, que no le encontraba sentido a su vida después del fallecimiento de su novia con la que había discutido antes de que muriese.

     Contaba que puedes peinarte, ponerte tus mejores ropas, tu mejor sonrisa, tus mejores intenciones... Pero el agujero negro de tu alma no puede pasar desapercibido.

     Y ahora yo...

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